EL PERIÓDICO realiza, con Barcelona Global, entrevistas a profesionales internacionales que han elegido vivir y trabajar en Barcelona; personas que pueden dar una visión diferente de la capital.
¿Por qué escogió Barcelona?
En realidad, la escogieron mis padres. Vinimos a España cuando yo solo tenía 10 años. Mi padre era hijo de un médico catalán que emigró a Cuba a mediados del siglo XX, como tantos otros españoles por aquel entonces. Barcelona era la ciudad natal de mi abuelo, que creció en la calle Florida blanca y estudió en la UB. Por tanto, una vez tomada la decisión de abandonar Cuba, la elección de Barcelona parecía la más lógica. Yo no la elegí, pero, sin duda, lo hubiera hecho.
¿Qué aspectos de la ciudad destacaría como positivos?
Por mi trabajo viajo mucho (o lo hacía antes del covid-19) y tengo la oportunidad de conocer ciudades de todo el mundo. Barcelona es una ciudad maravillosa como pocas, tanto para el turista como para el residente. Destacaría muchas cosas: su arquitectura modernista, su gastronomía, su oferta lúdica, su red de metro, su puerto, sus ferias internacionales, su cercanía al mar y a la montaña, su clima, y su historia. Pero, sin duda, lo que más destacaría es su vibrante ecosistema emprendedor. Todavía es un ecosistema joven, pero está en plena ebullición y cada día pasan cosas. El potencial de Barcelona es enorme. Es un lugar magnífico en el que vivir en estos momentos.
¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? ¿Y cómo?
En general, creo que debería potenciarse todavía más la colaboración público-privada. Las mejores ciudades del mundo son aquellas que han conseguido tener un ecosistema empresarial dinámico que participa de la vida pública y ayuda a que su ciudad se convierta en un referente internacional para atraer talento, capital y proyectos.
¿Cuáles cree que son los puntos fuertes de la ciudad para superar la crisis generada por la Covid-19?
Barcelona es una de las cinco ciudades más visitadas de Europa, con más de 10 millones de turistas cada año. El turismo representa para la ciudad alrededor del 12% de su PIB, y la pandemia del covid-19 le ha impactado de lleno por las medidas de confinamiento. Sin embargo, la ventaja de Barcelona es que la industria tiene un peso todavía mayor, con más del 20% de su PIB, y es una ciudad muy exportadora.
¿A qué retos cree que se enfrenta la ciudad una vez remitida la crisis sanitaria?
Barcelona tiene muchos retos por delante a medio y largo plazo, pero quizás uno de los más importantes es el medioambiental. Como todas las grandes ciudades, debe hacer frente al desafío de reducir drásticamente la contaminación del aire, puesto que significa un verdadero problema de salud pública.
¿Qué espera de la Barcelona de los próximos años?
Que sea capaz de desplegar todo su potencial emprendedor.
¿Cuál siente que es su ciudad?
Me gustan muchas ciudades y Barcelona está entre mis preferidas. Pero La Habana, mi ciudad natal, tiene algo mágico que me atrae sin poder evitarlo. Hoy no viviría en La Habana, prefiero Barcelona, pero echo de menos el malecón.